El ciberespionaje en tiempos de guerra se ha convertido en una herramienta importante en el conflicto entre Rusia y Ucrania, marcando un nuevo capítulo en el ámbito de la guerra moderna. Pero, ¿qué es la tecnología rusa a este respecto?
Sergio Delgado / Escudo Digital
Las operaciones cibernéticas rusas se han convertido en un elemento clave de la estrategia militar de Moscú, combinando tácticas de espionaje, sabotaje y desinformación para debilitar a Ucrania y socavar la seguridad y estabilidad de sus aliados occidentales.
Este conflicto muestra cómo el ciberespacio se ha convertido en el nuevo campo de batalla y las líneas entre la guerra tradicional y la digital son cada vez más borrosas.
Antecedentes históricos del ciberespionaje ruso
El uso de ciberataques por parte de Rusia no es un fenómeno nuevo. Desde el ataque a Estonia en 2007, el Kremlin ha utilizado una combinación de actores estatales y no estatales, incluidas agencias como la GRU (Dirección de Inteligencia Militar) y grupos de hackers vinculados a Moscú, como APT28 (Fancy Bear) y Sandworm, para llevar a cabo ataques cibernéticos. Ha perfeccionado sus habilidades en espionaje y operaciones cibernéticas.
La anexión de Crimea en 2014 marcó un nuevo hito en el desarrollo de ataques cibernéticos destinados a desestabilizar al gobierno ucraniano, paralizar infraestructura clave y sembrar el caos.
Sin embargo, desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, el alcance y la sofisticación de las operaciones cibernéticas rusas han alcanzado nuevos niveles.
Rusia no sólo está intensificando los ataques cibernéticos dirigidos a Ucrania, sino que también busca obtener información confidencial de gobiernos, ejércitos y empresas occidentales que apoyan a Ucrania. El objetivo principal de estos ataques es recopilar información sobre estrategia militar, sanciones económicas y capacidades de defensa.
Estrategia y objetivos de ciberespionaje ruso
Los esfuerzos de ciberespionaje de Rusia se centran en varias áreas clave. En primer lugar, el gobierno y las redes militares de Ucrania son un blanco constante de intentos de infiltración.
Mediante sofisticados ataques de phishing, malware y explotación de vulnerabilidades, los piratas informáticos rusos intentaron acceder a información confidencial sobre movimientos de tropas, estrategias de defensa y comunicaciones internas del ejército ucraniano.
Otro objetivo importante es la infraestructura crítica en Ucrania. Durante el conflicto, Rusia ha lanzado ciberataques contra sectores como el de la energía, las comunicaciones y el transporte. Estos ataques no sólo pretenden paralizar las capacidades operativas del país, sino también provocar el caos entre los civiles. Un ejemplo notable es el ciberataque de 2015 a la red eléctrica de Ucrania. El ataque dejó a cientos de miles de personas sin electricidad en pleno invierno. Aunque este ataque ocurrió antes de la invasión de 2022, fue un presagio de lo que vendría.
Además, el ciberespionaje ruso se ha extendido a los aliados de Ucrania, en particular a los miembros de la OTAN y la UE. Los servicios de inteligencia rusos están apuntando a agencias gubernamentales, empresas de defensa y grupos políticos, recopilando información sobre el apoyo militar y financiero que estos países brindan a Ucrania. Estos ataques buscan comprometer datos confidenciales, incluidas las comunicaciones internas sobre la coordinación de las sanciones económicas contra Rusia y la entrega de armas al ejército ucraniano.
Herramientas y tácticas de ataque.
Rusia utiliza una variedad de herramientas cibernéticas para llevar a cabo actividades de espionaje. Una de las tácticas más comunes es el uso de ataques de phishing. En un ataque de phishing, los atacantes envían correos electrónicos falsos para engañar a las víctimas para que revelen sus credenciales o descarguen malware. Este método fue eficaz para infiltrarse en los sistemas gubernamentales y corporativos en Ucrania y otros países.
El malware también ha desempeñado un papel importante en el arsenal de Rusia. Grupos como Sandworm han desarrollado malware altamente sofisticado como Industroyer y NotPetya que son capaces no sólo de robar información, sino también de destruir datos y sistemas completos. NotPetya en particular fue uno de los ciberataques más devastadores de la historia, que afectó a empresas y gobiernos de todo el mundo en 2017, pero con Ucrania como su principal objetivo.
Además, Rusia ha empleado “botnets”, redes de computadoras comprometidas que pueden usarse para llevar a cabo ataques de denegación de servicio (DDoS), saturando servidores y redes con tráfico malicioso y dejándolos inoperables hasta que desaparezca. Estos ataques se utilizan para perturbar los servicios de comunicaciones y el flujo de información de Ucrania, impidiendo la capacidad de las autoridades ucranianas para comunicarse con la población y coordinar operaciones militares.
Desinformación y guerra psicológica
El ciberespionaje ruso no se trata sólo de robar información. También hay fuertes elementos de desinformación y manipulación de la opinión pública. Los piratas informáticos y las granjas de trolls rusos han desempeñado un papel clave en la difusión de noticias falsas y teorías de conspiración tanto dentro de Ucrania como en los países aliados. Estas campañas de desinformación tienen como objetivo socavar la confianza en los gobiernos, crear división en la sociedad y manipular las percepciones del conflicto.
Uno de los ejemplos más claros es la difusión de narrativas falsas sobre la naturaleza de la guerra en Ucrania. Los medios estatales rusos y los operadores cibernéticos intentaron promover la invasión como una “operación especial” para liberar a Ucrania del llamado régimen fascista y de la interferencia extranjera, a pesar de la abrumadora evidencia de la agresión rusa.
Estas campañas están dirigidas tanto a audiencias rusas como internacionales y apuntan a sembrar confusión y debilitar la condena global de las acciones de Moscú.
Ucrania y la reacción de la comunidad internacional
A pesar de los esfuerzos de Rusia, Ucrania ha desarrollado capacidades notables para protegerse en el ciberespacio. Con el apoyo de aliados occidentales y empresas tecnológicas privadas, Ucrania ha mejorado significativamente su ciberseguridad. Desde que comenzó el conflicto, empresas como Microsoft y Google han brindado asistencia técnica para ayudar a Ucrania a combatir los ciberataques. Además, la comunidad internacional ha aumentado la cooperación para detectar y contrarrestar las actividades cibernéticas rusas.
Mientras tanto, los países de la OTAN y la Unión Europea han fortalecido sus defensas cibernéticas y han aumentado el intercambio de información para prevenir futuros ataques. El conflicto de Ucrania es un recordatorio urgente de la importancia de proteger la infraestructura crítica y desarrollar una estrategia internacional integrada de ciberdefensa.
Los esfuerzos de ciberespionaje de Rusia en la guerra con Ucrania son un claro ejemplo de cómo el ciberespacio se ha convertido en un importante campo de batalla en los conflictos modernos. Las campañas de espionaje, sabotaje y desinformación encabezadas por Rusia tienen como objetivo no sólo obtener ventaja militar sino también desestabilizar a Ucrania y sus aliados.
La guerra de Ucrania es un recordatorio de la importancia de la ciberseguridad en el siglo XXI y de la necesidad de una respuesta internacional coordinada para hacer frente a esta nueva forma de conflicto.
Sergio Delgado Martorell Periodista
Experto en marketing digital como realizador de documentales con amplia experiencia. Ha trabajado para televisión, radio, revistas y portales web, redactando reportajes, artículos, entrevistas, artículos publicitarios y gestionando la comunicación corporativa. Se especializa en tecnología, ciberseguridad e innovación, y le interesan historias que valen la pena contar.